Programas presidenciales:
De Pablo Lemm. Climatechangedispatch.com en español.
(17 Noviembre 2021) Somos varios los que nos preguntamos cómo gente seria, como profesores universitarios con grados y postgrados en economía, de universidades extranjeras, como Nicolás Grau asesor económico de la campaña de Boric, pueden proponer medidas que saben causarán pobreza al obstaculizar el desarrollo económico de Chile haciéndonos retroceder en todos los campos. Mientras cuatro de los seis candidatos a la presidencia se pelean por quién va a descarbonizarnos más rápido. ¿Es que se volvieron locos?
Imagen arriba: Descarbonizando.
No basta con denunciar el esperado resultado de estas medidas, que en el caso del mismo Boric reconoce que no son "procrecimiento", hay que buscar su verdadera motivación para discutirla en su mérito.
Detrás de esta aparente locura, está la creencia de que la modernidad y el desarrollo económico le hacen "mal al planeta"; que hace rato colmamos la capacidad de la naturaleza; que no tenemos "un planeta B" donde ir y que la humanidad "es como un virus" (Matrix 1999). A consecuencia de lo cual el mundo está a punto de colapsar.
La idea no es original de los políticos chilenos y se basa en la creencia de que estaría ocurriendo un cambio climático causado por el uso del carbón y el petróleo como fuentes de energía por parte de la humanidad. Vemos como transversalmente políticos occidentales de diferentes tendencias adhieren a este relato y se suman a la campaña por "descarbonizar paulatinamente el mundo" de los socialistas de las Naciones Unidas y suscrita en la COP26. Política mundial que a pesar de haber sido amortiguada en su versión final condenará a seguir en la pobreza a decenas de millones de africanos, pero que teóricamente valen la pena, pues salvarían el mundo de futuros desastres climáticos.
Medidas de descarbonización ya se están aplicando en algunos países occidentales, como Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos, donde el Presidente Biden sabotea alegremente el desarrollo de su país obstaculizando el desarrollo de la industria petrolera local. En los nueve meses que lleva en el gobierno ya lo hizo retroceder desde el autoabastecimiento y de ser exportador de petróleo y gas natural, donde lo había dejado el Presidente Trump, a la dependencia extranjera.
Esto países están transitando desde la confiable energía que provee el gas natural y el petróleo, a la inconstante energía, teóricamente limpia, de los aerogeneradores y paneles solares. Para ello han convertido el paisaje de sus países en ineficientes artefactos mecánicos, plagado de paneles fotovoltaicos y aerogeneradores que como todos saben no sirven para dar una energía de base segura, obligando a sus ciudadanos a pagar cada vez más para calefaccionar e iluminar sus hogares y arriesgándose a apagones y privaciones antes impensables para un país desarrollado, en momentos que se anuncia un duro invierno en Europa.
La aceptación acrítica de la Teoría del Cambio Climático de origen humano por parte de la elite intelectual chilena, formada por periodistas, científicos, opinólogos y políticos, que deliberadamente ignoran los muchos cuestionamientos que importantes científicos le hacen a este relato, no hacen sino alimentar las ideas anarquistas y anticapitalista de la izquierda, que ahora suman otro argumento para promover sus políticas fracasadas, ya que según esta línea de pensamiento los países socialistas pobres contaminan menos que los países capitalistas ricos y son por lo tanto "más ecológicos" y convenientes para el planeta, por lo que no hay que buscar el crecimiento económico sino todo lo contrario.
Nadie se encarga de recordarles de los inmensos beneficios que han traído a la humanidad el uso de estos combustibles y de la sociedad industrial que los aprovecha. La humanidad pasó de una población de mil millones de personas en 1800 a una de 7.800 millones en 2020, un crecimiento de 780% en 220 años, y que no sólo es más numerosa y está mejor alimentada que antes, sino que vive más tiempo, tiene mejor salud y bienestar gracias al crecimiento económico alimentado por el carbón y el petróleo.
Imagen arriba: Violencia anaquista antisistémica, consecuencia de la doctrina del Cambio Climático.
La histeria colectiva del cambio climático ha hecho perder la capacidad de pensar críticamente de los políticos, y de muchos otros, que basan sus temores en unas mediciones que afirman que la temperatura del planeta aumentó en un grado Celcius entre 1850 y el 2021, culpando de ello a un incremento en la cantidad de CO2 disuelto en la atmósfera, desde un 0,028% que se supone había el año 1800 a un 0,041% medido actualmente, donde este minúsculo aumento tendría la capacidad de cambiar el clima de la Tierra para mal.
El aumento del CO2 sería producido en la quema de los hidrocarburos (mal llamados combustibles fósiles) que se utilizan como fuentes de energía y materias primas por la industria y en casi toda actividad humana. Pero este tan aceptado relato tiene varios puntos débiles que aparecen al primer análisis, veamos tres de estos:
1. ¿Cómo y dónde se midió la temperatura del planeta? Sabemos que este es muy grande y tiene una superficie muy compleja, donde la temperatura varía con la altura y la latitud. Por ejemplo: a pesar que están en la misma latitud hace más calor en Antofagasta, 0 msnm, que en Calama, 2.260 msnm, y aquí que en la cumbre del Volcán Licancabur, 6.000 msnm. Es que la temperatura depende de la densidad del gas que se está midiendo y la densidad del aire es más alta al nivel del mar y va disminuyendo con la altura. Debido a razones geográficas y demográficas, hay muchos más termómetros en Estados Unidos y Europa, que en Siberia, la Patagonia o la Antártica, por lo que las mediciones no son enteramente homologables, y menos aún para basarse en ellas para orientar políticas económicas que afectan a cientos de millones de personas.
2. Resulta que el CO2 es nada menos que el gas que permite la vida en la Tierra, así de simple, está en la mismísima base de la cadena trófica, pues el CO2 es el alimento de plantas, algas y ciertas bacterias, desde donde extraen el carbono para construir sus tejidos a través de la fotosíntesis liberando el oxígeno que respiramos. Es decir, sin CO2 no hay plantas; sin plantas no hay ni oxígeno en el aire ni ensaladas en la mesa. Sin plantas tampoco habrían granos ni pasto para alimentar pollos y vacunos desde donde obtener proteínas. Además se ha comprobado que este leve aumento del CO2 ha servido de abono extra para la vegetación, impulsando el "reverdecimiento" del planeta y las mejoras en las cosechas de granos (FAO 2021).
3. Quienes hemos pasado más años viviendo en este país, llevo 72, hemos visto muchos cambios en el clima, que es además por definición cambiante. Los aluviones en el norte ocurren según la intensidad y las oscilaciones frías del fenómeno de la Corriente de El Niño/Niña, nada nuevo. En 1972 hubo intensas lluvias en Atacama con 600 casas destruidas en Chañaral, hay registros históricos (Ortlieb 1995) y arqueológicos de aluviones en el norte de Chile, desde el Siglo XVI, por lo que descarbonizar Chile no evitará nuevos aluviones como afirma la senadora y candidata Provoste y muy por el contrario agravaría las cosas en caso de su ocurrencia, ya que como durante las tormentas los paneles solares y aerogeneradores no funcionan quedaríamos sin energía para responder a la emergencia. Respecto a las sequías, estas tienen relación con la oscilación cálida del Fenómeno de El Niño y también han ocurrido desde que hay memoria. Recuerdo que hubo una larga sequía en los años 1960s.
Imagen arriba: Los aluviones son producidos por las lluvias que trae la fase fría de la Corriente de El Niño/La Niña y no tienen que ver con el Cambio Climático.
Atribuirles sólo desastres a los cambios climáticos es un error, según Briggs la estadística dice que también deben traen cosas buenas, como menos fríos invernales y como que ha mejorado la agricultura en Aysén y Magallanes. Por lo que en lugar de dispararse en el pie, y atacar a las compañías petroleras desfinanciándolas por motivaciones ideológicas, resulta mucho más conveniente ayudarlas manteniendo un consumo estable de estos combustibles, lo que garantiza flujos y precios también estables para toda la población. Esto ayudará a sobreponerse de los desastres naturales, que de seguro, vendrán en el futuro con o sin descarbonización.
Sepa más:
Monumental, Unsustainable Environmental Impacts of Green Energy:
https://wattsupwiththat.com/2017/07/05/monumental-unsustainable-environmental-impacts/
Hydrogen Strategy to nowhere:
https://www.europeanscientist.com/en/energy/hydrogen-strategy-tonowhere%E2%80%A8/?utm_source=Energy+geopolitics&utm_campaign=fcbaa25021
Wind farms bring the Egyptian vulture to near-extinction in Andalusia:
http://savetheeaglesinternational.org/new/an-extinction-in-progress.html
Why Wind Won’t work:
http://carbon-sense.com/wp-content/uploads/2011/02/why-wind-wont-work.pdf
The Environmental Cost of “Renewable” Energy:
https://carbon-sense.com/2019/03/25/environmental-cost-of-renewable-energy/
The Australian Renewable Energy Agency is set to gift $70 million to hydrogen speculators:
https://arena.gov.au/news/seven-shortlisted-for-70-million-hydrogen-funding-round/
