1: El cambio de temperatura de la atmósfera global promedio observado en los últimos 30 años es de aproximadamente + 0,15 ° C por década. Si esta tasa de cambio permanece estable, el aumento adicional promedio para el año 2100 será de aproximadamente + 1,2 ° C.
2: Los mareógrafos a lo largo de las costas indican un aumento típico del nivel del mar global de aproximadamente 1-2 mm / año. La tasa de cambio del nivel del mar costero durante los últimos 100 años ha sido esencialmente estable, sin una aceleración reciente. Si la tasa de cambio se mantiene estable, el nivel global del mar en las costas aumentará típicamente de 8 a 16 cm para el año 2100, aunque muchos lugares en regiones afectadas por la glaciación hace 20.000 experimentarán una caída relativa del nivel del mar, producto del levantamiento del suelo.
3: Desde 2004, los océanos globales por encima de los 1900 m de profundidad en promedio se han calentado alrededor de 0,07° C. El calentamiento máximo (alrededor de 0,2°C, 0-100 m de profundidad) afecta principalmente a los océanos cerca del Ecuador, donde la radiación solar entrante es máxima.
4: Los cambios en el CO2 atmosférico siguen a los cambios en la temperatura del aire global. Los cambios en la temperatura del aire global siguen a los cambios en la temperatura de la superficie del océano.
5: No hay efecto perceptible sobre el CO2 atmosférico debido a la caída de las emisiones de GEI relacionada con el COVID. Los sumideros y fuentes naturales de CO2 atmosférico superan con creces las contribuciones humanas.
En resumen, nada por lo que tengamos que volvernos locos y que no se pueda mitigar.
Fuente: climate4you.com
Estamos rescatando estas páginas sobre el Calentamiento Global (actualmente Cambio Climático), publicadas a comienzos del siglo con el entusiasmo de un comunicador social convencido que había que dar a conocer las noticias en torno a este importante tema, que en aquella época no se divulgaban ni tenía la importancia que ha adquirido hoy.
Han pasado más de 12 años desde algunas de estas publicaciones y resulta que la mayor parte de los vaticinios alarmistas de entonces no se han cumplido. Aunque en base a estos pronósticos errados se radicalizó el movimiento ecologista adquiriendo características políticas extremistas e intolerantes.
En base a este relato alarmista, algunos políticos europeos y estadounidenses en alianza con inversionistas y emprearios, impulsaron el desarrollo de las llamadas Energías Renovables No Convencionales (ERNC), léase electricidad producida con aerogeneradores y celdas fotovoltaicas, o centrales termosolares; una forma de energía destinada a reemplazar a los "combustibles fósiles", como el carbón, el petroleo y el gas natural, cuya eficiente combustión ha alimentado las calderas de las centrales térmicas de generación eléctrica y los motores con los que la humanidad llegó a las alturas de la civilización actual, desde la Revolución Industrial del Siglo XVIII.
El químico sueco Svante Arrhenius advirtió en 1896 que la quema de estos combustibles producía una pequeña cantidad de CO2, un gas de efecto invernadero (GEI) presente naturalmente en la atmósfera cuyo incremento en la atmósfera podría estar generando un calentamiento global. Científicos y políticos, redescubieron este estudio y lo asociaron con el calentamiento global que se vendría observando desde fines del Siglo XIX.
Se suponía que producir "energía limpia", con el viento y el Sol reemplazaría las contaminantes y nocivas centrales a carbón de entonces, que generaban (y generan) la mayor parte de la electricidad en el mundo. Los políticos, especialmente de izquierda, tomaron la bandera de la "sustentabilidad" que teóricamente daba esta nueva forma de generar energía eléctrica y se dispusieron a hacerla realidad.
Europa, especialmente Alemania y Dinamarca, se embarcó en la construcción e instalación de aerogeneradores en gran escala durante lo que va de este nuevo siglo, y otros países, como Chile, los imitaron.
Se ha mantenido oculto al público el hecho que los usos de las ERNC son en realidad limitados debido a su natural intermitencia: el viento no es constante ni sopla siempre con la misma fuerza y el Sol ilumina sólo algunas horas en el día y su entrega energética puede ser disminuida por las nubes. Como la entrega de la electricidad en las redes públicas debe ser constante, y debe de haber un "equilibrio perfecto" entre la electricidad producida y la consumida, resulta difícil integrar las ERNCS al uso cotidiano. Para salvar el problema de la intermitencia de las ERNC deben existir centrales térmicas de respaldo que funcionan con gas natural o diésel, operando a medio vapor para suplir los déficit energéticos de las ERNC en forma inmediata, lo que encarece la electricidad y anula su conveniencia como generación de nergía limpia.
Ha llegado el momento de reflexinar acerca de las predicciones alarmistas que no se cumplieron y corregir los errores cometidos, ocupándose de los verdaderos problemas medioambientales.
50 AÑOS DE PREDICCIONES FALLIDAS
10 Mitos en torno al Calentamiento Global
Gráfico fraudulento con las variaciones de temperaturas en el hemisferio norte entre los años 1000 y 1999. A la súbita alza de la temperatura registrada desde comienzos del Siglo XX se le llama "fusta de jinete". Su autor: Michael Mann no incluyó las temperaturas de la Pequeña Edad del Hielo ni al Período Cálido Medieval para apoyar la causa climática alarmista de las Naciones Unidas. Sepa más.
El gráfico de Lamp en rojo, aparecido en el informe IPCC 1990, sobrepuesto a los gráficos de Jones (2009) en verde y Mann e IPCC 2001 en negro. Origen: Wikipedia.
Imagen arriba: Gráfico de la variación de la temperatura global que muestran cómo ha aumentando en aproximadamente 0,5 grados Celsius en los últimos 60 años. Es una aproximación ya que es prácticamente imposible medir la temperatura global. Fuente: Goddard/NASA.
Fuente
https://www.nasa.gov/centers/goddard/images/content/158227main_warm_trend_lg.jpg
En sus orígenes, a fines del Siglo XVI, la ciencia debió enfrentarse a las ideas aristotélicas que dominaban la academia en las universidades de la época. Luego de siglos de haber estado extraviados, algunos escritos de Aristóteles fueron redescubiertos y aceptados como verdades por la Iglesia, que tenía el control de las univeridades.
El problema de Aristóteles fue su inmensa arrogancia, no hubo tema sobre el que no escribió y sobre el que no se equivocara. Pero eso no fue un obstáculo para que las autoridades eclesiásticas y políticas de la época adoptaran sus enseñanzas y persiguieran como herejes a quienes las ponían en duda.
Las autoridades políticas y religiosas y los cientificos se necesitan unos a otros, aunque la ciencia es más dependiente de los políticos ya que casi siempre ha dependido de las subvenciones estatales. Mientras que para los políticos los aportes de la ciencia son un dato más entre muchos.
El racismo científico dio la justificación para la políticas colonialistas de los siglos XVII y XVIII, y para la barbarie nazi del siglo XX, mientras que el marxismo, una supuesta ciencia económica, inspiró a políticos y jóvenes para tomar el poder e intentar crear el paraiso en la Tierra, consiguiendo justamente lo contrario.
ALARMISMO CIENTÍFICO GLOBAL
El origen del alarmismo científico
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